martes, 1 de octubre de 2013

Borgoña y sus vinos

Ya se acabó el mes de septiembre con todo su ajetreo en lo bueno y en lo malo. Y, por lo que a mí respecta, tengo por delante los próximos tres meses para concentrarme de nuevo en el trabajo (mí trabajo).
 
Como os decía en mi última entrada, mi jefe consideraba que yo era el factor limitante para enviar el artículo de una compañera, así que no me quedó más remedio que volver a la rutina de dormir 4 - 6h durante hasta el 20 de septiembre para poder acabarlo todo. Ahora mismo el artículo está enviado a una revista bastante buena (creo que ni el propio jefe pensaba que lo iban a rechazar de entrada). Ahora tendremos que cruzar los dedos.
Por otro lado, tuve la visita anual de mis padres (está vez un poco más corta que de costumbre). Creo que los pobres estuvieron la única semana de septiembre en la que ha llovido todos los días y ha hecho tanto frío que hasta nos tocó poner la calefacción. No pudimos salir mucho, pero nos desquitamos yendo un fin de semana a la región de Borgoña para hacer una degustación de vinos. Este fin de semana lo estuvimos organizando desde abril, cuando le regalé a mi padre una de estas "box" que te permiten hacer cosas que de otra manera no harías. La box en cuestión incluía una noche en un hotel de 3 o 4 estrellas en habitación espaciosa o suite y la degustación de vinos de una bodega de la región.
Estuvimos pasando la noche en el hotel "Best Western La Petite Verrerie" en Le Creusot, situado en un lateral del castillo del mismo nombre. Nos dieron dos suites impresionantes (la de mis padres sobretodo).
                    
 
                    
 
A la mañana siguiente nos fuimos a visitar la bodega de vino "Chateau de Pommard" que, por lo que me dijeron después en el laboratorio es, quizás, de los mejores vinos de Borgoña. la bodega está situada en un antiguo castillo (por eso lo del nombre del vino). Le vino que hacen allí se reduce a 140.000 botellas al año, siendo 40.000 de ellas el llamado propiamente con el mismo nombre del castillo.

                    

                    

                    
 
                    

A parte de la visita a la bodega, también pudimos degustar 6 vinos de la misma, empezando por un blanco hasta los tintos de alta gama. A parte de un poco atontados, por eso de degustar 6 vinos a las 11 de la mañana, salimos de allí con una botella de 2008 bajo el brazo que esperamos degustar esta Navidad.

Y, finalmente, para aprovechar el viaje hasta región, visitamos la ciudad de Beaune famosa por su hospicio.

                    

Estaréis conmigo que, aunque no hayan podido disfrutar mucho de París este año, esta ha sido una gran escapada. 
 
Ahora es el momento de concentrarse en el trabajo, el que está relacionado directamente conmigo, y producir lo máximo posible de aquí a diciembre a ver si puede ser que saque algún beneficio para mi oposición en Francia el año que viene.