martes, 10 de septiembre de 2013

El factor limitante

Que hacer régimen suele poner de mal humor a la gente, ha quedado más que demostrado. Seguro que todos tenemos a nuestro alrededor a alguien que está haciendo o ha hecho régimen. Yo no tengo que buscar muy lejos (yo misma). Y os puedo confirmar lo del mal humor. Mira que yo pensaba que las vacaciones me iban a venir bien para poder descansar, volver con más energía, no dar importancia a las cosas, estar tranquila ... Pues, inaguantable es poco. Si pudiera me dejaba encerrada en casa y me iba. Pero por desgracia, tengo que convivir conmigo misma. Conmigo misma, y ahora aguantar a mi jefe.
Os voy a contar un secreto. Mi jefe solo hace una comida al día, la cena. Quiero pensar que desayuna un poco en condiciones, pero ni idea. El resto del día (desde las 9 de la mañana que llega hasta las 19h que se va) no come... bueno... salvo que haya una fiesta. Pero, claro, ahora que ha estado de vacaciones, no ha podido hacer eso. Y se ha pasado sus 5 semanas de vacaciones comiendo en condiciones (tres veces al día) y ahora, que está intentando volver a su régimen alimentario cotidiano, está insoportable (y además lo reconoce). Así que, no solo, no tengo bastante con aguantarme a mí misma (que os aseguro que ya es un suplicio) sino que tengo que aguantarle a él.
Y no lo puedo remediar, ya he pensado hasta en ir a una psicóloga para que me ayude a controlar mis ataques de ira porque tengo unas reacciones desmesuradas. Últimamente tengo pensamientos de lo más gores. Y mi jefe los potencia.
Ayer me lo encuentro en la sala del café cuando nos íbamos a comer y me suelta su frase favorita "¿Qué hay de nuevo?" (es como tener a Bugs Bunny pegado al culo, perdón). Total, que yo le cuento todo lo que está en marcha. Entonces, me pregunta por el artículo de una compañera en el que yo estoy rehaciendo las figuras. Y le digo que estoy en ello pero que últimamente tengo dolores de cabeza y que eso me impide estar todo el día pegada al ordenador. Y él me suelta un sutil "porque tú eres el factor limitante". ...., ...., ..., ..., 10, 9, 8, ... (respiro profundo para no abrir la boca no vaya a ser que por equivocación me muerda y me envenene encima por su culpa)..., 3, 2, 1. "Lo sé, lo siento. Iré lo más rápido posible."
Y, ¡no veáis que bien se le da sembrar esa semilla de culpabilidad! Y ayer, desde que bajé, me puse con el ordenador a trabajar, paré para hacerme la cena (eso es lo bueno de los régimenes, estas obligado a comer 5 veces al día, que si no ...).
Hoy voy a intentar acabarlas aunque me suponga una noche blanca. Pero así me lo quito del medio. Porque ... realmente me fastidia ser el factor limitante.
Mañana por la mañana tenemos la reunión del grupo en la que él hace balance del año y plantea a todos su organización del laboratorio para el próximo año. ¡Qué Dios nos pille confesados!

domingo, 8 de septiembre de 2013

Esfuerzo no es sinónimo de éxito

Inevitablemente tengo que comentar la decepción de ayer cuando Madrid fue eliminada a primeras de cambio de la elección de sede olímpica para los JJOO de 2020.
Primero tengo que decir que el hecho de que Madrid se presentara como candidata no me ha importado en exceso. Quiero decir que, el hecho de que lo vaya a comentar sea porque me haya dolido en el alma como española, porque no ha sido el caso. Sin embargo, sí que lo voy a comentar porque veo ciertas similitudes de lo que ha pasado con ciertas profesiones (sobretodo cuanto más competitivas son). Y lo siento, pero lo voy a terminar llevando a mi terreno.
 
Después de tres veces, todos estaban convencidos de que esta vez iban a conceder a Madrid ser sede de los JJOO. Al llevar tanto tiempo, casi todo el trabajo estaba hecho. A nivel de infraestructuras, era la ciudad candidata con menos trabajo por hacer. Cuando los expertos del COI fueron a Madrid a evaluar la ciudad le otorgaron la mayor calificación de las tres. Es decir, era la que mejor "curriculum vitae" tenía. Pero, aún así ... nada. Y, como cada vez que alguien con peor CV que tú te gana ... te preguntas "por qué".
Yo siempre pienso que lo primero que hay que hacer es hacerse una autocrítica. ¿Realmente se es el mejor?. Quizás no sea así. O quizás sí, pero se ha planteado mal. Quizás en este mundo no hay que ser "humilde" e intentar que los demás te valoren por tus logros, sino ir diciendo a los demás que eres "el mejor" ... porque sí, de tal manera que, aunque sea mentira, tú mismo te lo creas y los demás también. ¿De qué le ha servido a la candidatura de Madrid ser coherente con la situación mundial de crisis y presentar un plan austero? De nada, ¿por qué? porque en el fondo lo que importa es el dinero y Tokio desbordaba ostentuosidad y grandeza. Y, dentro de la autocrítica, quizás tampoco sea bueno insistir en que a la ciudad candidata le beneficiaría su concesión porque, quizás, a los evaluadores les importe más lo que tienes que ofrecer que ser tus salvadores. El mundo está cansado de victimismo. Esto es como llegar a una oposición y, por muy bueno que seas, decir "Por favor, denme el puesto porque de no ser así estoy en la calle". Seguro que les convences más si dices "Dénmelo porque soy el mejor y sería una lástima para ustedes perderme".
 
Después de la autocrítica va lo incontrolable para uno mismo, el politiqueo, los intereses de los demás. Algunos periódicos comentan que si no nos lo han dado porque piensan que tenemos problemas más grandes en los que gastar el dinero. ¡Qué bien! ¡Lo hacen por nuestro bien!. Otros echan la culpa a la corrupción de nuestros políticos y al dopaje. ¡Cómo no se habrán dado cuenta antes! Que tenemos a una panda de sinvergüenzas como políticos, es verdad ... como en tantos y tantos países. ¿Y el dopaje? Apostaría porque nuestros deportistas son de los más controlados precisamente porque están en el punto de mira y, por lo tanto, los más limpios (en general). Las malas lenguas dicen que si es porque los propios comisionarios europeos preferirían que para 2024, cuando ya consideran que no habrá crisis en Europa, haya otra ciudad candidata como Roma. En definitiva, cualquier otra razón que no tenga que ver directamente con la presentación realizada.
 
Esto es como cuando, en ciencia (que es lo que más conozco) no te conceden un contrato, beca, puesto (o lo que sea) no porque no seas bueno, sino por quién es tu jefe, porque el laboratorio tenga más o menos dinero, o porque ya "tengan en mente" a alguien mejor.
 
Es decir, te puedes romper los cuernos a trabajar, a dar lo mejor de ti, a dejar la piel ... que no por eso vas a conseguir el éxito que quizás merecieras. Porque, siempre entraran en juego factores ajenos a tu trabajo. Pero ... así son las cosas. Siempre habrá quien tenga el camino más fácil y quién tendrá que sudar la gota gorda para conseguir, o no, algo. A ver si pensando un poquito adivináis quienes entran en cada grupo.
 
Yo quiero pensar que en ocasiones ... las decisiones son justas, aunque sean raras estas ocasiones.
 
 

sábado, 7 de septiembre de 2013

Los Deftones para ayudar a desconectar

Estos días he estado un poco enferma y, junto con la acumulación del trabajo, se me ha hecho imposible escribir en el blog.
 
Como os decía en  mi última entrada, la situación laboral me estaba obsesionando. Por lo general soy muy impulsiva e intento aclarar las cosas o buscar respuestas en el mismo momento. Sin embargo, esa era una características que quería limar (creo que es bueno darse cuenta de los defectos e intentar mejorar). Pero, aunque he conseguido no correr para avasallar a la persona implicada, no he conseguido aprender a no sintomatizarlo. Así que, no sé si ha sido debido a esto, estos días he dormido fatal, me dolía la cabeza e incluso he llegado a vomitar. O quizás haya sido tan solo un virus.
 
Además esta semana ha sido una semana intensa en cuanto al trabajo. He estado trabajando con el nuevo postdoc para que se vaya empapando del tema de investigación, las distintas técnicas que usamos en el laboratorio y la manera que yo tengo de trabajar. Evidentemente, él es un postdoc y a estas alturas tendrá su manera de trabajar. Pero ... bueno, está bien ver cómo lo hacen los demás y luego optar por la acción que más te convenza. Seguro que también aprendemos algo de él. El jueves empezamos uno de sus experimentos. En líneas generales, se trata de desarrollar tumores mamarios en ratón. Para ello, a los ratones se les implantan unas pastillas de progesterona en la espalda y luego se les dará en 6 veces en total a lo largo de ocho semanas un carcinógeno por vía oral. La combinación de la progesterona con el carcinógeno hará que estos ratones desarrollen tumores en la mama dentro de unos tres o cuatro meses. Pues bien, él nunca había hecho la operación a los ratones que consiste en implantarlos la progesterona. Y eso es lo que le enseñé. Se nota que tiene experiencia con los ratones porque operamos entre los dos a 70 ratones en 4h. Eso sí, a mí me generó mucha tensión. Ese día estuve casi 12h en el laboratorio y espero que estas jornadas tan largas vayan siendo cada vez menos frecuentes (al menos en el labo, si es combinación de labo y ordenador en casa ... me importa menos).
Quizás esa jornada tan intensa fue la responsable de que ayer estuviera con un dolor de cabeza de aúpa. ¡Y encima tenía concierto por la noche! No me podía (ni quería) permitir el tener que quedarme en casa. Menos mal que el postdoc me ayudó a primera hora de la mañana y me bajé a las 14h de la tarde a casa. Y después de 2g de paracetamol me fui a La Zenith al concierto de los Deftones. Sinceramente, según iba pensaba que no iba a poder terminar de ver el concierto. Y por lo pelos.
Es uno de los grupos preferidos de un colega del laboratorio. Este mismo año en marzo dieron dos conciertos seguidos en otra sala más pequeña. Y él fue los dos días. Así que me picó la curiosidad de si serían tan buenos en directo. Mi reflexión no creo que tenga que ser valorada, puesto que ayer no estaba yo en la mejor situación para este tipo de conciertos. Y, por eso, no estoy tan emocionada como otras veces. Mi colega los vio por tercera vez este año, y le gustaron más que las otras dos.
A mí me gustaron, creo que es un poco el límite de mi estilo. Pero no se puede dudar que lo dieron todo en el escenario. Estuvieron más de 2h y media tocando sin parar. ¡Increíbles!!
 
Aquí os dejo una de mis canciones favoritas:
 
 
Al menos me ayudó durante unas 6h a, no solo no pensar sino, a descargar tensión. Una pena no haber estado en forma para haber disfrutado más.

martes, 3 de septiembre de 2013

Un mar de dudas

Mi madre siempre me ha dicho que tengo que tener siempre todo controlado, refiriéndose a mi futuro. De hecho, cada vez que tengo cerca el final de un contrato y me pongo tensa, ella me recuerda el annus horribilis que pasé cuando hice COU porque quería saber qué es lo que iba a hacer y dónde cuando acabara.
 
Ayer mismo hablaba con mis padres sobre el primer día de trabajo con el jefe. Me preguntaron por la reunión que tuve con él. Y les dije que había salido con sentimientos encontrados y que quería hablar con él para poder saber su opinión con respecto a mi futuro. A lo que me madre dijo "como siempre" con un suspiro (que lo hoy desde el otro lado del teléfono). Y lo acompañó con una ligera risa.
 
Pues sí, de nuevo me encuentro en la situación de "a tres meses del final del contrato" y, como os explico cada vez, cada vez se va poniendo más difícil continuar. Cuando firmé el año pasado me dijeron que el contrato podría ser renovado por un máximo de 6 meses. Es decir que si en junio del año pasado no me he sacado la plaza ... o el jefe tiene un plan B en la manga o yo estoy en la calle.
 
Todo el mundo de mi entorno aquí, y que conocen a mi jefe, me dicen que mi jefe quiere que me quede. Yo también lo creo. Pero una cosa es querer y otra poder (por mucho que digan que querer es poder). Y precisamente saber si tiene un plan B es lo que quiero discutir con él.
 
Gracias a que durante estos años he aprendido un poco a no ser tan impulsiva. Me explico. Hace unos años mi reacción hubiera sido abordarle por el pasillo sin que ni siquiera hubiera dejado el portafolios y directamente haberle hecho la pregunta. Pero ahora ... ahora me como la cabeza (porque a no darle vueltas al coco aún no he aprendido) mientras espero que se ponga al día con respecto al trabajo, vaya cogiendo el ritmo y, cuando esté más calmado, hablo con él un día en su despacho.
 
Cuando tengo este tipo de conversaciones con él, siempre me preparo para las negativas, porque sabes que nadie es imprescindible, pero si lo que me dice me deja plof, como lo había pensado, me da el bajonazo. Vamos, que por mucho que me prepare ... nada. Pero bueno, eso es debido a que, aunque haya aprendido a ser menos impulsiva en los actos, el impulso lo tengo retenido dentro. Quizás sea esta la razón por la que últimamente me paso todas las noches corriendo.
 
Esperemos que el momento adecuado para salir de dudas no sea muy lejano y pueda empezar a barajas mis posibilidades.

lunes, 2 de septiembre de 2013

En alerta

Ayer decidí aprovechar el día para trabajar con el ordenador, ya que no he había avanzado nada en los últimos cuatro días.
Así que a las 8 de la mañana me levanto, desayuno y conecto el ordenador. Por lo general, lo hago al revés: primero enciendo el ordenador y mientras arranca me preparo el desayuno (sí, tarda mucho en arrancar). Porque uno de esos pequeños momentos de placer para mí es sentarme al ordenador con una taza de café. También con unas galletitas al lado, pero ahora con la dieta es imposible.
Conecto el móvil, si puedo hablo con mi madre y doy un repaso a mis niños.
Las 10 de la mañana, me pongo a hablar con mi niña (la pobre muy agobiada por si el jefe la pillaba hoy por banda) y yo diciéndola lo mismo de siempre "No te preocupes, sabes que va a ser algo general, de todos modos seguro que hay otras cosas prioritarias para él, ..." Y mientras tanto, yo trabajando en las figuras del artículo de una compañera. "Bueeeno, no te agobies, luego hablamos". Y sigo trabajando.
11 de la mañana, me entra un email en la bandeja del correo. El jefe. ¿Podemos reunirnos mañana a las 10 de la mañana (por hoy)?. Respuesta obvia. Contacto de nuevo con mi niña "Mira tu bandeja de correo, me acaba de llegar una cita para mañana con el jefe". Pero ella, aún nada.
12 de la mañana, ya no sé si la figura está del derecho o del revés. Mejor me pongo a hacer la comida y así desconecto un poco.
De 14 a 23:30. Ya paso de las figuras, del artículo de mi compañera y me pongo exclusivamente a preparar la reunión de hoy. Mientras, viene un amigo a tomar café a casa, ceno cualquier cosa y hasta me tomo una infusión para relajarme. Pero no con mucho éxito.
Termino de preparar la reunión y me voy a la cama. Sí sí. Toda satisfecha porque me ha dado tiempo, no solo de prepararme la reunión sino que además he podido organizar mi jornada de trabajo. Seguro que duermo a pierna suelta.
Me meto en la cama ... me tengo que levantar en 6h y media. Uhmmm, pues va a ser que estoy un poquito más intranquila de lo que yo me pensaba. Parece que no tengo mucho sueño. Miro al techo, miro la hora ... voy a leer un rato, seguro que así me entra sueño. Abro el libro de "El ocho", mi libro de cabecera desde hace dos meses. "¡Anda! ¡Qué curioso!, en el libro sale la Abadía de Cordeliers de París (el edificio al que se va a trasladar el laboratorio en Diciembre)". Una página, dos páginas, tres páginas, ... se acaba el capítulo... Yo creo que mejor apago la luz e intento dormirme.
Estoy soñando. Estoy en la calle cerca del trabajo (quizás en Cordeliers, porque es el centro de París y un edificio emblemático), estoy con mi jefa quien me está hablando de algo importante. De repente tres tipos matan a alguien. Uno viene hacia mí. Mis padres me dicen que me tengo que refugiar en el edificio (no me digáis qué pintan ellos, igual estaban por aquí de vacaciones). Me meto corriendo. Dos investigadores que conozco vienen en mi busca. Como si de una película de acciónn se tratara, me paso las horas intentándolos dar esquinazo por el edificio.
Me despierto completamente agitada. "Venga, tranquilizate y vuelvete a dormir". Cierro los ojos. Demasiado tarde, suena la alarma del despertador.
Según estoy en la ducha pienso que lo mejor es que me tome una infusión porque si me tomo un café, me da un pasmo.
 
Al final mi niña, ni recibió el email e incluso hoy ha conseguido escapar a las garras del jefe.
 
Todo esto para demostrar la validez del siguiente dicho "Haz lo que yo te digo, pero no lo que yo hago". Tanto tranquiiiiiila, no te agoooobies, no pasa naaada. "¡Zas!, en toda la boca"

domingo, 1 de septiembre de 2013

Inauguración del curso académico.

A falta de dos, ya estamos todos los itañolos al completo. Y, aprovechando el cumpleaños de los tortolitos del grupo, mañana nos juntamos todos para celebrarlo y así dar por inaugurado el nuevo curso.
 
Da igual que acaben de llegar o que llevemos aquí tres semanas, estamos todos un poco expectantes con lo que mañana nos va a decir el jefe. Unos porque son nuevos y, o va a ser su primera toma de contacto, o van a sentir por primera vez lo que es que el jefe te empiece a dar caña después de las vacaciones de verano. Otros porque tienen artículos en pleno proceso de revisión. Otros porque nos ha tocado encargarnos de "poner a punto" los artículos de otros. Por la razón que sea, todos estamos inquietos; incluso aquel que va de sobrado y se cree capaz de mandar a paseo al jefe.
Por eso, ayer nos vino bien juntarnos a comer y beber para poder desconectar un poco de la tensión que nos autogeneramos.
En esta ocasión, celebramos el cumpleaños en la casa de EEUU de la Cité Universitaire. La sala era en realidad la cocina-comedor común de la casa. Pero no tiene nada que ver con el comedor de la casa de España. La gente nos respetó mucho porque casi nadie entró a cocinar ni a comer allí. Todo para nosotros solitos. Hubo alguna cara nueva y las fiestas siempre ayudan a romper el hielo.
Personalmente creo estamos un poquito de vuelta de vacaciones y aún no tenemos cogido el ritmo porque a partir de las 11 la mayoría ya teníamos cara de cansadillos y  nadie insistió mucho para irnos de fiesta a algún bar cercano. Lo bueno de esto, es que tendremos que salir un poco más para ir haciendo rodaje (la cuestión es tener una excusa).
Hubo en la fiesta una pareja de chicos españoles que no conocíamos, amigos de uno de los del cumpleaños, y que estuvieron sentados cerca de nosotros. El nuevo postdoc, quien también estuvo en la fiesta, aprovechó para hacer contactos ya que, a partir de hoy, los tres van a hacer parte de los nuevos habitantes de la casa de España en la cité. Y en un momento de la noche, el chico de la pareja dijo que parecíamos un grupo muy unido y con muy buen rollo. El postdoc nuevo dijo que al menos a él lo habíamos integrado rápidamente (claro, que él también es de trato fácil). Pero lo que quiero decir es que, me gustó que diéramos esa imagen porque hace unos años la relación no era así. Teníamos más o menos afinidad, pero en raras ocasiones salíamos todos juntos. Y en los últimos meses ha sido raro el fin de semana que no nos hemos visto. Al final, y sin darnos cuenta, hemos creado una "minifamilia" y, aunque no nos demos cuenta, sólo con que estos alrededor, somo un apoyo moral.
 
Espero que sepamos conservarlo.