A falta de dos, ya estamos todos los itañolos al completo. Y, aprovechando el cumpleaños de los tortolitos del grupo, mañana nos juntamos todos para celebrarlo y así dar por inaugurado el nuevo curso.
Da igual que acaben de llegar o que llevemos aquí tres semanas, estamos todos un poco expectantes con lo que mañana nos va a decir el jefe. Unos porque son nuevos y, o va a ser su primera toma de contacto, o van a sentir por primera vez lo que es que el jefe te empiece a dar caña después de las vacaciones de verano. Otros porque tienen artículos en pleno proceso de revisión. Otros porque nos ha tocado encargarnos de "poner a punto" los artículos de otros. Por la razón que sea, todos estamos inquietos; incluso aquel que va de sobrado y se cree capaz de mandar a paseo al jefe.
Por eso, ayer nos vino bien juntarnos a comer y beber para poder desconectar un poco de la tensión que nos autogeneramos.
En esta ocasión, celebramos el cumpleaños en la casa de EEUU de la Cité Universitaire. La sala era en realidad la cocina-comedor común de la casa. Pero no tiene nada que ver con el comedor de la casa de España. La gente nos respetó mucho porque casi nadie entró a cocinar ni a comer allí. Todo para nosotros solitos. Hubo alguna cara nueva y las fiestas siempre ayudan a romper el hielo.
Personalmente creo estamos un poquito de vuelta de vacaciones y aún no tenemos cogido el ritmo porque a partir de las 11 la mayoría ya teníamos cara de cansadillos y nadie insistió mucho para irnos de fiesta a algún bar cercano. Lo bueno de esto, es que tendremos que salir un poco más para ir haciendo rodaje (la cuestión es tener una excusa).
Hubo en la fiesta una pareja de chicos españoles que no conocíamos, amigos de uno de los del cumpleaños, y que estuvieron sentados cerca de nosotros. El nuevo postdoc, quien también estuvo en la fiesta, aprovechó para hacer contactos ya que, a partir de hoy, los tres van a hacer parte de los nuevos habitantes de la casa de España en la cité. Y en un momento de la noche, el chico de la pareja dijo que parecíamos un grupo muy unido y con muy buen rollo. El postdoc nuevo dijo que al menos a él lo habíamos integrado rápidamente (claro, que él también es de trato fácil). Pero lo que quiero decir es que, me gustó que diéramos esa imagen porque hace unos años la relación no era así. Teníamos más o menos afinidad, pero en raras ocasiones salíamos todos juntos. Y en los últimos meses ha sido raro el fin de semana que no nos hemos visto. Al final, y sin darnos cuenta, hemos creado una "minifamilia" y, aunque no nos demos cuenta, sólo con que estos alrededor, somo un apoyo moral.
Espero que sepamos conservarlo.
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