Estos días he estado un poco enferma y, junto con la acumulación del trabajo, se me ha hecho imposible escribir en el blog.
Como os decía en mi última entrada, la situación laboral me estaba obsesionando. Por lo general soy muy impulsiva e intento aclarar las cosas o buscar respuestas en el mismo momento. Sin embargo, esa era una características que quería limar (creo que es bueno darse cuenta de los defectos e intentar mejorar). Pero, aunque he conseguido no correr para avasallar a la persona implicada, no he conseguido aprender a no sintomatizarlo. Así que, no sé si ha sido debido a esto, estos días he dormido fatal, me dolía la cabeza e incluso he llegado a vomitar. O quizás haya sido tan solo un virus.
Además esta semana ha sido una semana intensa en cuanto al trabajo. He estado trabajando con el nuevo postdoc para que se vaya empapando del tema de investigación, las distintas técnicas que usamos en el laboratorio y la manera que yo tengo de trabajar. Evidentemente, él es un postdoc y a estas alturas tendrá su manera de trabajar. Pero ... bueno, está bien ver cómo lo hacen los demás y luego optar por la acción que más te convenza. Seguro que también aprendemos algo de él. El jueves empezamos uno de sus experimentos. En líneas generales, se trata de desarrollar tumores mamarios en ratón. Para ello, a los ratones se les implantan unas pastillas de progesterona en la espalda y luego se les dará en 6 veces en total a lo largo de ocho semanas un carcinógeno por vía oral. La combinación de la progesterona con el carcinógeno hará que estos ratones desarrollen tumores en la mama dentro de unos tres o cuatro meses. Pues bien, él nunca había hecho la operación a los ratones que consiste en implantarlos la progesterona. Y eso es lo que le enseñé. Se nota que tiene experiencia con los ratones porque operamos entre los dos a 70 ratones en 4h. Eso sí, a mí me generó mucha tensión. Ese día estuve casi 12h en el laboratorio y espero que estas jornadas tan largas vayan siendo cada vez menos frecuentes (al menos en el labo, si es combinación de labo y ordenador en casa ... me importa menos).
Quizás esa jornada tan intensa fue la responsable de que ayer estuviera con un dolor de cabeza de aúpa. ¡Y encima tenía concierto por la noche! No me podía (ni quería) permitir el tener que quedarme en casa. Menos mal que el postdoc me ayudó a primera hora de la mañana y me bajé a las 14h de la tarde a casa. Y después de 2g de paracetamol me fui a La Zenith al concierto de los Deftones. Sinceramente, según iba pensaba que no iba a poder terminar de ver el concierto. Y por lo pelos.
Es uno de los grupos preferidos de un colega del laboratorio. Este mismo año en marzo dieron dos conciertos seguidos en otra sala más pequeña. Y él fue los dos días. Así que me picó la curiosidad de si serían tan buenos en directo. Mi reflexión no creo que tenga que ser valorada, puesto que ayer no estaba yo en la mejor situación para este tipo de conciertos. Y, por eso, no estoy tan emocionada como otras veces. Mi colega los vio por tercera vez este año, y le gustaron más que las otras dos.
A mí me gustaron, creo que es un poco el límite de mi estilo. Pero no se puede dudar que lo dieron todo en el escenario. Estuvieron más de 2h y media tocando sin parar. ¡Increíbles!!
Aquí os dejo una de mis canciones favoritas:
Al menos me ayudó durante unas 6h a, no solo no pensar sino, a descargar tensión. Una pena no haber estado en forma para haber disfrutado más.
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