Inevitablemente tengo que comentar la decepción de ayer cuando Madrid fue eliminada a primeras de cambio de la elección de sede olímpica para los JJOO de 2020.
Primero tengo que decir que el hecho de que Madrid se presentara como candidata no me ha importado en exceso. Quiero decir que, el hecho de que lo vaya a comentar sea porque me haya dolido en el alma como española, porque no ha sido el caso. Sin embargo, sí que lo voy a comentar porque veo ciertas similitudes de lo que ha pasado con ciertas profesiones (sobretodo cuanto más competitivas son). Y lo siento, pero lo voy a terminar llevando a mi terreno.
Después de tres veces, todos estaban convencidos de que esta vez iban a conceder a Madrid ser sede de los JJOO. Al llevar tanto tiempo, casi todo el trabajo estaba hecho. A nivel de infraestructuras, era la ciudad candidata con menos trabajo por hacer. Cuando los expertos del COI fueron a Madrid a evaluar la ciudad le otorgaron la mayor calificación de las tres. Es decir, era la que mejor "curriculum vitae" tenía. Pero, aún así ... nada. Y, como cada vez que alguien con peor CV que tú te gana ... te preguntas "por qué".
Yo siempre pienso que lo primero que hay que hacer es hacerse una autocrítica. ¿Realmente se es el mejor?. Quizás no sea así. O quizás sí, pero se ha planteado mal. Quizás en este mundo no hay que ser "humilde" e intentar que los demás te valoren por tus logros, sino ir diciendo a los demás que eres "el mejor" ... porque sí, de tal manera que, aunque sea mentira, tú mismo te lo creas y los demás también. ¿De qué le ha servido a la candidatura de Madrid ser coherente con la situación mundial de crisis y presentar un plan austero? De nada, ¿por qué? porque en el fondo lo que importa es el dinero y Tokio desbordaba ostentuosidad y grandeza. Y, dentro de la autocrítica, quizás tampoco sea bueno insistir en que a la ciudad candidata le beneficiaría su concesión porque, quizás, a los evaluadores les importe más lo que tienes que ofrecer que ser tus salvadores. El mundo está cansado de victimismo. Esto es como llegar a una oposición y, por muy bueno que seas, decir "Por favor, denme el puesto porque de no ser así estoy en la calle". Seguro que les convences más si dices "Dénmelo porque soy el mejor y sería una lástima para ustedes perderme".
Después de la autocrítica va lo incontrolable para uno mismo, el politiqueo, los intereses de los demás. Algunos periódicos comentan que si no nos lo han dado porque piensan que tenemos problemas más grandes en los que gastar el dinero. ¡Qué bien! ¡Lo hacen por nuestro bien!. Otros echan la culpa a la corrupción de nuestros políticos y al dopaje. ¡Cómo no se habrán dado cuenta antes! Que tenemos a una panda de sinvergüenzas como políticos, es verdad ... como en tantos y tantos países. ¿Y el dopaje? Apostaría porque nuestros deportistas son de los más controlados precisamente porque están en el punto de mira y, por lo tanto, los más limpios (en general). Las malas lenguas dicen que si es porque los propios comisionarios europeos preferirían que para 2024, cuando ya consideran que no habrá crisis en Europa, haya otra ciudad candidata como Roma. En definitiva, cualquier otra razón que no tenga que ver directamente con la presentación realizada.
Esto es como cuando, en ciencia (que es lo que más conozco) no te conceden un contrato, beca, puesto (o lo que sea) no porque no seas bueno, sino por quién es tu jefe, porque el laboratorio tenga más o menos dinero, o porque ya "tengan en mente" a alguien mejor.
Es decir, te puedes romper los cuernos a trabajar, a dar lo mejor de ti, a dejar la piel ... que no por eso vas a conseguir el éxito que quizás merecieras. Porque, siempre entraran en juego factores ajenos a tu trabajo. Pero ... así son las cosas. Siempre habrá quien tenga el camino más fácil y quién tendrá que sudar la gota gorda para conseguir, o no, algo. A ver si pensando un poquito adivináis quienes entran en cada grupo.
Yo quiero pensar que en ocasiones ... las decisiones son justas, aunque sean raras estas ocasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario