viernes, 30 de agosto de 2013

3, 2, 1 ... y empieza la nueva aventura

Perdón por estos días, pero es que no he estado en casa nada más que para dormir los dos últimos días. Ahora entenderéis por qué.
 
Y es que ya se está acercando el verdadero comienzo del curso académico y es donde más cambios hay a lo largo del año.
Os acordaréis de los últimos posts del blog antes de la oposición que el curso pasado tenía a tres estudiantes de máster 2 trabajando conmigo en mi proyecto. Pues en abril, el chico me dijo que había decidido hacer otro máster en marketing de la salud y que no continuaba con la tesis en el laboratorio. Sin embargo, las dos chicas estaban muy agobiadas porque querían hacer la tesis sin ninguna duda en el laboratorio. Estuvieron pidiendo becas, con el consecuente empleo de tiempo en corregir, estuvimos decidiendo que estrategia seguir de manera que las dos tuvieran más posibilidades de tener beca y poder quedarse a trabajar con nosotros. Pero justo al límite nos informaron de que habían sido aceptadas en segundo año de medicina y que ya no hacían la tesis. Así que en un momento todo lo que estábamos organizando para este año se fue al garete.
Durante estos dos meses, después de varios acontecimientos en los que no voy a entrar en detalle porque necesitaría 3 páginas de blog, al final todo está de nuevo reorganizado. Y es que ... este año cuento con medio postdoc (medio porque además de en mi proyecto, va a trabajar en otros), un postdoc que va a trabajar 100% en mi proyecto junto con una estudiante de tesis. Por un lado estoy muy emocionada con la idea de que en mi proyecto seamos más personas. Pero por otro lado estoy un pelín asustada porque hasta ahora sólo había tenido que supervisar a estudiantes de máster2, pero ahora estamos hablando de palabras mayores. De entrada me da miedo no estar a la altura, pero seguro que no dejaré de intentarlo porque me encantan los retos, sobretodo si son de este tipo.
 
Y, la nueva etapa empieza ¡ya!. El nuevo postdoc ha llegado hace dos días. Cuando salí de trabajar el miércoles, me fui a buscarle al aeropuerto. Según estaba allí sentada esperando a que llegara, me acordé de cómo empecé mi aventura en París. En lugar de venir en avión, yo me vine en tren desde Valladolid con la casa metida en la maleta. Eran las 9 de la noche el 28 de enero de 2007 y allí estaba yo sentada en mi vagón del tren mientras mis padres me despedían en el andén. Y, como en una película, te quedas pegado al cristal mientras el tren sale de la estación dándote el tiempo suficiente para pensar en que ahí te vas poco a poco (demasiado lento en esos momentos) a empezar una nueva vida y dejas lo que más te importa allí. Después de unos cuantos lagrimones, te armas de valor y te automotivas con la ilusión de empezar algo nuevo.
 
Seis años y medio después, sigo aquí. Y, creo que después de 2 años ya empecé a encontrar mi sitio. Ahora tengo la enorme suerte de tener a mi grupo de españoles (entre ellos a mi niña que ¡por fin! llegó ayer ... con lo que se me ha hecho de largo este mes y medio sin verla) y que, si un día lo tienes duro ..., ellos siempre lo levantan :) Y desde hace dos días somos uno más.

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