miércoles, 30 de mayo de 2012

Días funifánidos

Ayer fue uno de esos días que ... ni fu ni fa (o funifánidos como decía mi antiguo jefe, jeje). Pero ... ¡qué gustazo!

La verdad es que últimamente he andado un poco revolucionada, entre el trabajo y el subidón de adrenalina de después de enviar el artículo he estado en estado de alarma todo el día, jeje. Ahora, ya un poco más relajada, un poco más tranquila, empiezo a disfrutar de los momentos de calma. Llegar a casa, prepararme un café, escuchar música, hablar con algun@ de mis amig@s de España, estudiar para el examen del viernes ... Si lo pienso, es como cuando estaba en el instituto o la Universidad (la única diferencia la encuentro mirando en el espejo, jeje).
También creo que culpa de este estado de tranquilidad la tiene el sol. Sí, aunque no os lo creáis, lleva dos días haciendo sol. ¡Y ... basta!, mañana ya llueve, pero ... mientras andamos como los caracoles al sol. Cuando voy a clase tengo que coger una línea de metro que es topo; es decir, que parte del recorrido es subterráneo y parte exterior. Y no veáis qué gozada pasar por el Sena con el sol resplandeciendo. Dan ganas de no ir a clase y pasarse el día o sentado en una terraza o tirado en un parque.

Aaaaahhh, la vida a Paguí (cuando hace sol, jeje).

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