viernes, 29 de junio de 2012

¿Pasión o coraza?

Ayer cuando mi jefe llegó al laboratrio vino a buscarme. Me preguntó que si me había gustado Viena, si se habían portado bien conmigo en el laboratorio y que si había aprendido a hacer la operación a los ratones. Le estuve contando un poco como habían sido estos días y lo contenta que estaba por haber conseguido ser capaz de hacer la técnica yo sola.
Así que él aprovechando la circunstancia, y dejándola caer por si cuela, me dijo: "Bien, entonces compra todo lo necesario para empezar el experimento. Y nada de vacaciones este verano". Yo me eché a reír y le dije que lo sentía mucho, que hacía 3 años que no tenía en agosto vacaciones y que este año intentaría por todos los medios de tenerlas. Entonces el se echó a reír y me dijo: "Bueno, si hay una segunda revisión para el artículo habrá que trabajar". Y entonces, ahí, sin pensarlo le dije: "Si tengo que quedarme otro año más sin vacaciones de verano porque tenga que hacer de nuevo una revisión para el artículo, entonces sí ... dame todo el trabajo posible para no tener que pensar que tengo que pasar un agosto más en París".

Entonces me ha dado por pensar (algo que en mi caso es peligroso porque termino yendo demasiado lejos). ¿Realmente me gusta tanto mi trabajo para echarle tantas horas o simplemente es la manera que tengo de no pensar en las cosas que me molestan, preocupan, agobian, etc.? Está claro que me apasiona mi trabajo, para mí es prácticamente un hobby. Y el hecho de que sea como un hobby es la razón de que me refugie en él para evitar lo que no me gusta, como echar de menos a la familia, los amigos, mi país... Algo a lo que me llevo negando meses es al hecho de asumir que debería de tomarme mi vida en París como algo indefinido en lugar de como algo temporal. Pero es que ... ¡me cuesta tanto! Y creo que trabajando más horas y pensando casi exclusivamente en los experimentos y proyectos ... voy a dejar de echar de menos todo lo que tengo allí. No, solo lo aparco.

Estoy segura de que estoy dramatizando, que este estado es solo consecuencia de pensar que no pueda tener vacaciones un verano más. Y de que en dos días estaré saltando de nuevo de alegría por algún resultado nuevo que tenga... porque ... ¿Qué haría yo sin mi trabajo? No sería nada. Y si ahora mi trabajo es mi prioridad, esto es lo que tengo que hacer y donde estar. Y mañana ... será otro día.

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