Ya estoy de vuelta. Me había propuesto escribir todos los días mientras estaba de vacaciones la semana pasada en España, pero ... complicado. Igual que ha estado complicado ver o llamar a toda la gente que quería. Con tampoco tiempo es complicado.
Pero ayer volví al laboratorio ... mas bien con pocas ganas ... y al cabo de 2h me encontré con mi jefe. Le miro, le digo hola y sigo andando con paso decisivo para que no me pare ... pero, no.
- Laura, ya estas de nuevo entre nosotros.
- Si, ya estoy de vuelta.
(Me mira de arriba a abajo)
- Tu madre te ha dado bien de comer.
Me encanta mi jefe. Y lo digo de verdad, no es ironía. Quizás sea el fruto de muchos años trabajando juntos y al final ha cogido confianza (bueno, la cogió bien pronto). Pero en realidad, si me paro a pensarlo, me sorprende. Mi jefe esta muy reconocido a nivel mundial y lo típico con estos científicos de la estratosferas es que casi se dirijan a la gente que trabaja con ellos, y mucho menos para hablarles de otros temas que no sean ciencia. Pero mi jefe, me pregunta por mi vida personal (es un pelín cotilla), pero también me cuenta cosas privadas suyas sin que yo tenga preguntar (porque ... para que le voy a preguntar yo?).
Eso si, después de este comienzo llego el ..."entra en mi despacho". Me pregunto si ya había empezado a organizar los experimentos de mi próximo proyecto y si estaba al día con las 3 colaboraciones que tengo con otros compañeros. Una vez que vio que estaba todo bajo control y que no me había olvidado de nada durante la semana de vacaciones, me dijo: "tengo otro proyecto para ti". Y ya van 3!. Y esto no es una queja para nada. El nuevo proyecto me encanto. No pudimos terminar de hablar de el porque llego el Director general de Investigación del hospital. Pero salí del despacho muy contenta y con ganas de comenzar ya.
En fin, no hay nada mejor que darle trabajo a una workaholic para que tenga una sonrisa de oreja a oreja... y eso lo sabe muy bien mi jefe. :-)
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