Ayer me dijeron una verdad como un templo "Estas mejor trabajando". Y es que cuando uno tiene menos ocupaciones suele darle vueltas a la batidora y a replantearse todo.
Si algo he aprendido estos años es que cuando se toma una decisión, no se la puede poner fecha de caducidad. Soy consciente de que en lugar de pasarme todo el día de mal humor por pensar que no puedo volver a España, debería aprovechar y disfrutar mi vida en París porque cuando me vaya solo la disfrutaré si vengo de vacaciones. Pero me cuesta mucho.
Así que ayer fui con unos colegas y amigos del laboratorio a practicar uno de los deportes favoritos de los parisinos: el pic-nic en el Sena. Se podría decir que equivale al botellón español, pero con más clase jeje. La gente lleva su mantel para sentarse en el suelo, con sus botellas de vino, cerveza, refrescos, etc., y algo para picotear como fiambre, queso, tomates, gominolas ...etc.
La verdad es que ayer hacía un día estupendo, y una noche increíble ... parecía verano. Nos fuimos a la zona de Pont des Arts que está entre el museo del Louvre y la Academia Francesa. Encontrar un sitio allí para los 12 que éramos estaba complicado. Parecía la playa de Benidorm a las 12 de la mañana, jejeje. No solo las orillas del río se llenan de gente, sino que el propio río se llena de barcos: los barcos que te hacen ruta turística por el Sena (muy recomendable si venís a París), barcos-restaurantes como en el que estuve hace unos días e incluso barcas privadas. Ver anochecer desde allí es una gozada.
Al menos pasamos un rato agradable y disfrutamos de una estupenda tarde-noche parisina.
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