lunes, 26 de agosto de 2013

Otoño prematuro

Es verdad que en París no es típico que haya más de 30ºC más de una semana seguida. Y a estas alturas del año, más de dos días seguidos. Pero ... mucho me temo que se acabaron estos días por lo que queda del año :(
 
Ayer cuando subía a trabajar, con la cazadora pero con pantalones de verano y camiseta de manga corta, casi me da un pasmo. Se puso a llover de mala manera y en el laboratorio, donde la gente había dejado las ventanas abiertas porque el viernes no hacia nada malo, parecía que en cualquier momento iban a salir pingüinos al pasillo. Me tocó cerrar todas las ventanas para no cogerme unas anginas. Y cuando llegué a casa estaba entumecida. Ya no entré en calor en todo el día. De hecho, me tocó levantarme a las 2 de la mañana a por una camiseta de manga larga de esas de "abanderado" (lo sé, una imagen con nada de glamour) porque n podía conciliar el sueño de los escalofríos.
 
Sin embargo, este es realmente el clima que más le pega a París. Yo siempre digo que la mejor época para visitar París en su esencia es Septiembre. A una ciudad tan melancólica le queda muy bien el cielo plomizo, con sus atardeceres rojizos, las hojas de los árboles por el suelo, las chicas con falda y botas altas y gabardina ... Incluso para hacer turismo está bien porque por las noches aún no baja de los 13-15ºC y durante el día aún aguantamos hasta los 23-24ºC. Así que no hace ese calor horrible con el que no se pueden hacer colas.
 
A ver, que aún queda casi un mes para que llegue el otoño y, aunque estos días parezca que ya ha llegado a París, estoy segura de que aún nos quedan unos días de calorcito por ahí escondidos.
 
Aquí os pongo una foto para que podáis entender mejor lo que os quiero decir.
 



No me digáis que no os dan ganas de venir, ¡YA!
 

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