domingo, 25 de agosto de 2013

Plan B

En lugar de estar trabajando en el laboratorio hoy domingo por la mañana, lo que debería de estar haciendo es estar tomándome unas cuantas cervezas en las fiestas de mi pueblo después del encierro. Pero, este año no ha podido ser y no hay nada como mi refugio para no echar de menos estos días.

Y es que ayer fue un día duro para mi porque este año estaba segura de que iba a ir a las fiestas, y cuando me enteré hace unas semanas de que no podría ir ... uff lo he llevado un poco mal. Es mas, les he dicho a mis padres que tan solo me escriban por whastapp para saber que todo va bien pero que no quiero hablar por teléfono con ellos. Creo que estuve pensando cada hora en lo que debería de estar haciendo en el pueblo. Incluso un amigo me mando una foto por whastapp con la plaza mayor abarrotada. Me dio mucha pena no poder estar allí y al mismo tiempo, el hecho de que se acordara de mi en ese momento, me sentí un poquito mas cerca.

Sin embargo, no me iba a quedar en casa llorando por no estar allí. Y anoche salí con unos amigos a cenar a una brasería típica francesa en la que nunca había estado, pero que ya me habían hablado de ella en varias ocasiones "Café de l'Industrie". Esta en la zona de Bastilla, una zona bastante animada por las noches. El sitio es una braseria típica francesa, pero con mucho encanto. La comida esta muy bien, sin muchas opciones a elegir ... pero al menos a cada uno le gusto lo que pidió. Yo, como sigo a plan, intenté ajustar mi dieta al máximo a lo que podía comer. Pero, me pudo la tentación de tomarme un aperitivo antes de cenar. Aquí el aperitivo son las bebidas del estilo de un vermouth, pero nada para comer. Descubrí un nuevo aperitivo que se llama "Mónaco" y esta hecho con cerveza, agua-limonada y sirope de fresa. La verdad es que estaba muy bueno. Eso si, fui fuerte y no me pedí postre aunque mis amigos si se lo pidieron.
Después de comer nos fuimos hacia las calles de Bastilla donde hay bares y nos sentamos en un bar de especialidades de corsas. El bar me gusto mucho porque no era ni la típica cafetería, ni tampoco para bailar. Tenían una amplia carta de cócteles a unos precios muy razonables para ser Paris (8E). Entre ellos había 4 especiales de Córcega. Me quedé con todas las ganas porque fui una buena niña y me tomé una Coca Zero. Pero me quedé con el sitio para volver dentro de unas semanas cuando tenga un poquito mas de libertad.

Al final volvía a la 1:30 a casa, cuando empezaba a llover. Y, aunque pensaba en que debería de estar allí de fiesta ... la lluvia me dio ganas de irme a acostar. Esperemos que al año que viene pueda estar allí.

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