En
lugar de estar trabajando en el laboratorio hoy domingo por la mañana,
lo que debería
de estar haciendo es estar tomándome unas cuantas cervezas en las
fiestas de mi pueblo después del encierro. Pero, este año no
ha podido ser y no hay nada como mi refugio para no echar de menos estos días.
Y es
que ayer fue un día
duro para mi porque este año estaba segura de que iba a ir a las
fiestas, y cuando me enteré hace unas semanas de que no podría
ir ... uff
lo he llevado un poco mal. Es mas, les he dicho a mis padres que tan solo me
escriban por whastapp
para saber que todo va bien pero que no quiero hablar por teléfono
con ellos. Creo que estuve pensando cada hora en lo que debería
de estar haciendo en el pueblo. Incluso un amigo me mando una foto por whastapp
con la plaza mayor abarrotada. Me dio mucha pena no poder estar allí y
al mismo tiempo, el hecho de que se acordara de mi en ese momento, me sentí
un poquito mas cerca.
Sin
embargo, no me iba a quedar en casa llorando por no estar allí.
Y anoche salí
con unos amigos a cenar a una brasería típica
francesa en la que nunca había estado, pero que ya me habían
hablado de ella en varias ocasiones "Café de l'Industrie". Esta en la
zona de Bastilla, una zona bastante animada por las noches. El sitio es una braseria
típica
francesa, pero con mucho encanto. La comida esta muy bien, sin muchas opciones
a elegir ... pero al menos a cada uno le gusto lo que pidió.
Yo, como sigo a plan, intenté ajustar mi dieta al máximo
a lo que podía
comer. Pero, me pudo la tentación de tomarme un aperitivo antes
de cenar. Aquí
el aperitivo son las
bebidas del estilo de un vermouth, pero nada para comer. Descubrí
un nuevo aperitivo que se llama "Mónaco" y esta hecho con cerveza,
agua-limonada y sirope
de fresa. La verdad es que estaba muy bueno. Eso si, fui fuerte y no me pedí
postre aunque mis amigos si se lo pidieron.
Después de comer nos fuimos hacia las
calles de Bastilla donde hay bares y nos sentamos en un bar de especialidades
de corsas.
El bar me gusto mucho porque no era ni la típica cafetería,
ni tampoco para bailar. Tenían una amplia carta de cócteles
a unos precios muy razonables para ser Paris (8E). Entre ellos había
4 especiales de Córcega.
Me quedé con todas las ganas porque fui una buena niña y
me tomé una Coca Zero.
Pero me quedé con el sitio para volver dentro de unas semanas cuando tenga un
poquito mas de libertad.
Al
final volvía
a la 1:30 a casa, cuando empezaba a llover. Y, aunque pensaba en que debería
de estar allí
de fiesta ... la lluvia me dio ganas de irme a acostar. Esperemos que al año
que viene pueda estar allí.
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