jueves, 19 de enero de 2012

La importancia de los detalles

Desde que he llegado al laboratorio tengo al jefe en un estado de ansiedad perpetuo. Supongo que el hecho de que rechazaran el artículo nos ha influido a los dos de distinta manera y probablemente en una relación proporcional al ego de cada uno de nosotros. La cuestión es que, como siempre, quiere las cosas para ayer y ando bastante liadilla.
Así que hoy me ponía a pensar en qué podría decir que ha sido lo mejor del día de ayer, si me había pasado el día pegada delante del ordenador reformateando las figuras del artículo. Quizás cuando una amiga me dijo que me había traído unos caramelos de banana de Brasil (porque se acordó de que me gustaban).  O cuando mi hermano me dijo que me había traído un pareo de Tailandia (jo, siempre me trae algo). A lo mejor cuando mi prima, con la que tengo una afinidad especial y a penas puedo ver, colgó una foto de las dos en FB.
Pero creo que el momento del día, fue por la noche. Me dió tiempo a terminar el trabajo antes de tiempo, que yo me veía toda la noche currando, y pude ver, tranquilamente tirada en el sofá, casi todo el partido del Madrid - Barça. Estuvo bien, no solo porque ganara el Barça (Visca Barça!), sino porque fue muy divertido comentarlo vía whatsapp con el "Rey del merengue". Tendrá que bailar el "Eu si te pego" en otra ocasión, jeje.

En definitiva, el día no había sido tan monótono como yo pensaba. No hace falta dar una importancia exagerada a los detalles porque puede caerse en el error de dar un significado a cada mínimo acto que se hace, dando lugar a malentendidos y decepciones. Pero del mismo modo no hay que ignorarlos, ya que esas son la sal y pimienta de un día normal.

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