Hacía prácticamente 3 años que no hablaba con ella (los mismos que hace que no la veo). Pero ayer, después de esos 3 años, no podía parar de reírme mientras le escuchaba hablarme al otro lado del teléfono. Y así prácticamente una hora.
Nos conocimos cuando yo ya llevaba un año de postdoc en Francia y ella vino de estancia de tesis por 6 meses al laboratorio. Por entonces, yo había pasado un año un poco regular, sin más españoles, acostumbrándome al carácter de la gente de distintos países, al ritmo de trabajo de un laboratorio con una competitividad que no conocía, y forzándome a "aprender" francés rápidamente porque no había de quién depender. Y en lugar de acogerla, estaba a la defensiva. Pero poco a poco me fue ganando, como no podía ser de otra manera. Hizo un gran esfuerzo porque me relajara y abriera un poco, algo que, considero, benefició a los españoles que fueron llegando detrás de ella.
Como cualquiera que pase por este laboratorio pasó momentos duros ya que, aunque estaba de estancia, el jefe la exigía tanto como a todos los que estábamos contratados aquí. Pero ayer, mientras hablaba con ella, me dijo que tenía que reconocer que nunca había aprendido tantas técnicas en tan poco tiempo. Así que yo enseguida la animé para que se viniera aquí de postdoc. No me dijo que no. Pero, como sabe la manera de funcionar del jefe, duda de si sería capaz de aguantar. Yo no tengo ninguna duda, por eso la animo ... pero es una decisión que tiene que tomar ella.
Y si no termina de convencerse ... a ver si al menos viene de visita y pasamos unos días juntas. Ahora está haciendo un postdoc en Niza, así que espero que lo tenga en consideración. Que venga en tren, en avión o en barco (seguro que ella sería capaz), pero que venga. Porque es una de esas personas que estando con ella es imposible no sonreír y, en mi caso, echar más de una carcajada. ¡Ojalá no lo deje pasar!
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