El hecho de ser española y vivir en Francia tiene su aquel cuando las dos selecciones se enfrentan al fútbol. Y mira que el deporte estrella en Francia es el rugby y pasan bastante de su liga de fútbol, pero cuando se trata de la selección ... les sale ese orgullo gallo y van a muerte.
Y no veáis en el laboratorio ... da igual el estudiante de tesis que el técnico de 60 años, en cuanto me han visto se han puesto a vacilarme. El estudiante de tesis lleva metiéndose conmigo desde el viernes, apostando a que Francia nos iba a ganar. Da igual que me estén saliendo canas o que sea la postdoc más veterana del laboratorio porque este me tiene cogido el sobaquillo (como se dice en mi pueblo) y le encanta tomarme el pelo con el fútbol, ya sea por la selección o por el Barça.
Ayer, toda convencida y confiada de nuestros jugadores, le mandé un mensaje deseándole suerte. Os podéis imaginar esta mañana en cuanto me ha visto, solo le ha faltado hacerme pedorretas. Pero en realidad en la segunda parte nos bailaron un poquito, así que en mi opinión el empate estaba merecido.
Y no empecéis a decirme que me estoy volviendo francesa, que estoy afrancesada ni nada que se le parezca porque ... va a ser que no. Solo soy objetiva (espero). Eso sí, canté la marsellesa. Lo siento si alguien se siente ofendido, pero me parece muy bonita.
En fin, vaciles a parte. Hemos quedado que a ver si es posible poder ir a ver la vuelta de este partido juntos al Stade de France el 26 de marzo. Lo cuál me apetece bastante porque mi casa es muy pequeña para juntarnos unos cuantos y en los bares estamos claramente en minoría y la gente se calienta enseguida. Y a ver si en esta ocasión tenemos menos lesionados y, además, recuperamos a algunas bajas importantes para darles bien en los morros :-)
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