domingo, 19 de agosto de 2012

La vieja del visillo

Se me había olvidado, o quería olvidar, que uno de los deportes favoritos de los pueblos (o al menos del mío) es el cotilleo salpimentado con juicio de valor. Da igual que sea mayor, joven, hombre o mujer. ¿Cómo les podrá gustar tanto opinar sobre la vida de los demás? Lo peor de todo es que no encuentran la diferencia entre información (fulanita se ha casado, menganita ha tenido un niño, pelanceja se ha ido de vacaciones) y cotilleo viperino (fulanita es una cualquiera porque se ha casado con uno del que ha sido amante 20 años). ¡Pero qué más le dará al resto! Grrrr.

Es algo que siempre he llevado fatal. He intentado reivindicar el vivir y dejar vivir. Por ello me he llevado muchos sofocones y antes me daba todo más igual, pero con el paso del tiempo me voy dando cuenta de que soy una ilusa, utópica o ignorante, que considera que la gente que tiene a su alrededor actúa siempre con benevolencia ... y no.

Y esto no viene a cuento de que ayer haya oído críticas hacia mí, sino que sí he oído comentarios de gente de mi alrededor (y no solo de una persona) que me hacen echarme las manos a la cabeza. En fin me da mucha pena porque nadie es perfecto y a todos tendrían cosas que tirarnos en cara. Y, la verdad, a mí no me da tiempo ni ganas de perder energías en esto.

Así que como no puedo contra ellos, mejor me río de su caricatura:

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