Hay días en los que es difícil destacar algo bueno porque son realmente funifánidos, y hay días en los que no sé qué elegir como hecho destacado. Ayer tuve un día completito, con comida y cena familiares. Pero lo que destacaría de ayer fue un mensaje que me hizo muchísima ilusión.
Según estaba tirada en el sofá sudando el cochinillo que me había metido entre pecho y espalda a la hora de comer, recibí un mensaje que me ponía "Hola, ¿a que no sabes quién soy?". Confieso que dudé si contestar o no, pero al final lo hice "pues no". Increíble, después de 5 años mi amiga y monitora de aerobic del gimnasio de Valladolid me saludaba. Me hizo muchísima ilusión.
Hace unos 4 años mi padre me cambió de compañía de teléfono móvil español y perdí todos los números de teléfono que tenía guardados. Poco a poco he ido recuperándolos. Pero evidentemente hay muchos que he perdido y que, salvo que los encuentre por internet o por casualidad, será difícil que los recupere.
Me hizo mucho ilusión porque durante aquellos años terminando teniendo una relación con bastante complicidad y no solo había buen rollo durante las horas de gimnasio sino que terminamos saliendo juntas unas cuantas ocasiones. Pero sobretodo, me hizo mucha ilusión porque es muy agradable que después de tantos años se acuerden de una y, además sentir, ese cariño.
Por supuesto, que no se puede visitar a toda la gente que se quisiera porque sería una paliza de coche sumada a los 2600 km que hay que hacer solo de subida y bajada. Pero quizás pueda acercarme a verla un día justo antes de que se me acaben las vacaciones. Ya lo veremos. Pero de momento ya estamos en contacto.
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