Ayer salí por primera vez a la calle para ir a comprar y fue el primer día desde que vine el lunes.
Y me da mucha pena decirlo pero me ha dado la sensación de que no encajo aquí. Me incomoda pero no me agobia porque creo que eso será solo los primeros días y que luego se me irá pasando poco a poco. Pero creo que como a cualquiera que lleve viviendo fuera bastante tiempo, le da miedo a sentirse fuera de lugar en su lugar de origen.
Hace unos ocho meses, cuando hacía balance de mis cinco años en el extranjero, decía que cada año había sido una fase. El primer año echas de menos tu país a rabiar, sueñas con que aún estas en él y cuando te despiertas te desesperas porque no es así. El segundo año ya asimilas que estas en el extranjero pero aún piensas mucho en tu país de origen. En el tercer año te das cuenta de que tu país de acogida no está tan mal. En el cuarto año empiezas a no echar tanto de menos cosas, comidas de tu país. El quinto año empiezas a sentirte raro cuando vuelves a tu país de origen. Y ahí me quedé. Entonces en vistas de que empezaba mi sexto año en Francia, mi pregunta era ¿qué pasaría en el sexto año? y un amigo que lleva más tiempo fuera del suyo que yo me dijo: "que tu país de acogida se convierte en tu país". Y creo que ese es el peor sentimiento que uno puede tener. Bueno, quizás no. Quizás haya gente que lo asimile todo con mucha más rapidez que yo. O simplemente que no se planteen toda esta serie de cosas y que simplemente vivan su vida en el lugar que les toque sin darlo más vueltas. Pero parece que mi deporte favorito es darle vueltas a las cosas.
Menos mal que siempre está ahí la familia para hacerte sentir un poco arropado. Y aunque ayer estaba un poco rara cuando estaba con ellos tomando algo, me sentía cómoda y tranquila con todos ellos cerca.
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