martes, 6 de noviembre de 2012

Derrotada

Lo sé, voy mal. Después de una semana de más o menos reláx, he vuelto a las andadas.
Ayer estuve en el laboratorio desde las 7:30 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde, y sin parar. Y es que mi estudiante se ha ido a hacer su curso de máster y no vuelve hasta mediados de enero. Así que durante este tiempo me tengo que ocupar de sus cosas y de las mías. Hacía tiempo que no pasaba tantas horas seguidas en la sala de cultivos y, estaba tan cansada cuando llegué a casa que me quedé dormida en el sofá a las 9:30 de la noche.
Es curioso ver cómo cambia el punto de vista de las personas en función de la posición que tienen. Cuando eres estudiante de tesis, te pasas el día pringado con los experimentos y piensas que cuando seas postdoc vivirás mucho mejor porque para entonces tendrás estudiantes que te hagan el trabajo. Pero llegas a ser postdoc y, sin estudiantes, te toca sacar adelante los proyectos, trabajando tantas o más horas que cuando eras estudiante de tesis y, además, tienes toda la responsabilidad porque no tienes a nadie por encima que te cubra o te diga masticado cómo tienes que hacer los experimentos. Entonces piensas que cuando hayas acabado el postdoc vivirás mejor que hasta ahora porque entonces sí tendrás estudiantes que hagan el trabajo. Y en ese momento me encuentro yo; en el período de transición entre postdoc y sacarme una plaza como investigadora (que por cierto, no quiere decir que me lo vaya a sacar ya, sino que en esta etapa me puedo tirar unos cuantos años). Sin embargo, en este momento vales lo mismo para un roto que para un descosido. Es decir, por un lado sigo trabajando haciendo experimentos como una postdoc, pero tengo mis estudiantes, a los que tengo que enseñar a hacer los experimentos, a organizarse, a ayudarles con los mismos; tengo que desarrollar nuevas líneas de trabajo, para lo cuál tengo que optimizar técnicas, pedir presupuestos; y, además, el jefe me da más responsabilidad en ciertos asuntos en los que hace falta algo más de burocracia. Así que últimamente, tenía mucho trabajo de ordenador. Cuál es el problema, que si los estudiantes no están, quien tiene que hacer el trabajo soy yo ... y a mayores de lo que estaba haciendo. Así que ayer estaba desbordada de trabajo. Supongo que necesito unos días para habituarme de nuevo a aumentar el ritmo de trabajo y mi, sobretodo, mi cerebrito para poder estar en todo ... aunque en este momento me veo mal. Menos mal, como me dice mi amiga, me va la marcha y los retos me ponen bastante. Lo malo es que, evidentemente, me cuesta escribir al día el blog. Pero lo intentaré.

2 comentarios:

  1. Vamos chica, que tu puedes... no currar tanto.

    Hacía mil años que no revisaba el blog, veo que sigues creciendo. ¡Vamos! Que tú sabes que vales... pero no te olvides de la regla de los tres 8 --> ocho horas de sueño, ocho horas de trabajo y otras ocho para vivir.

    Besazos

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  2. Desde luego Santi, tienes un imán, ¿eh? Ya lo podías haber leído cuando he ido a algún concierto o de cena o de viaje. Pero no, justo el día que ando arrastrada :-D

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