miércoles, 7 de noviembre de 2012

La música amansa a las fieras

O al menos eso es lo que dicen.
 
Me ha costado muchos años limar el carácter castellano que tenía bien arraigado. Que, por cierto, fue una decisión voluntaria el dulcificarlo. Cuando llegué me daba la impresión de que mi manera de decir las cosas no encajaba aquí y es que los franceses, por lo general (que no todos), son muy amables a la hora de decir las cosas y afrontar los problemas. Así que cuando alguien levanta el tono o es más agresivo de lo normal da la sensación de que tiene un problema mental. Por eso, durante 5 años he aprendido la técnica de la paciencia que tiene los siguiente pasos: 1.- Relativizar la importancia que tienen las cosas. 2.- Respirar hondo. 3.- Esperar el tiempo suficiente antes de hablar para no tener una reacción desmedida (vamos lo que suele ser contar hasta 10, pero que en mi caso suele ser esperar hasta el día siguiente); y 4.- Decir las cosas tranquilamente. La etapa que tengo super-pulida es la 3 porque hay veces que incluso no llego ni a la 4. Lo que no me queda claro es si no llego porque se me ha pasado el cabreo o porque aún sigo esperando a que se me pase.
La cuestión es que tantos años de trabajo para que en 1h y media la supuesta postdoc que iba a trabajar conmigo haya sacado a flor de pie mi carácter castellano. Menos mal que como tengo pulida la fase 3, llevo en ella 2 días. El problema que yo veo es que cada día me calienta más y esta no se da cuenta de que como me busque me encuentra. Y para que no me encuentre, la evito. Jeje.
Pero lo que me funciona realmente bien en la fase 3 es ... la música (así me he vuelto yo de friki estos años ... ¡si todo tiene una explicación!). Me pongo los cascos y me aislo del mundo. Y, cuanto más cabreada ando más heavy es la música.
Y ayer, como si de un juego del destino se tratara, tenía el concierto de Gossip. Este no es un grupo heavy de los que yo suelo escuchar, es más bien una mezcla de música gótica, alternativa con pinceladas comerciales. La cantante es una chica bastante gordita de las de admirar. Una mezcla de simpatía desbordante junto con una seguridad en sí misma aplomante. De hecho, el estar tan gordita no le ha impedido para desfilar como invitada de Jean Paul Gaultier.
El concierto estuvo mejor que bien. Muy buen rollo, una voz impresionante, gran show y, por primera vez, iluminaron toda la sala para mostrar que toda la grada estaba de pie en una de las canciones que os pongo aquí más abajo.
En definitiva, una descarga de energía a tiempo para no haber sacado hoy la catana en el laboratorio.
 

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