miércoles, 21 de noviembre de 2012

Recuerdos de la tierna infancia

Ayer no tuve mi mejor día, pero hubo algo que me sorprendió gratamente.
Por la tarde - noche estuve hablando con mi madre y me dijo que había estado hablando con una amiga-vecina que teníamos los primeros años que vivimos en la ciudad.
Nunca, o casi nunca, hablo de mis primeros años de infancia (hasta los 10 años), cuando aún no vivíamos en el pueblo. Quizás sea porque no he mantenido relación con ningunos de los niños que conocí durante aquellos años, ni los del barrio ni los del cole. Con alguno incluso me crucé durante los años de Universidad (10 años después), pero a muchos ni siquiera les dije "¿Tú eres....?". Sin embargo en ocasiones me pregunto cómo les irá la vida. Gracias a las redes sociales encontré a una de mis amigas de entonces. Se la ve muy feliz, casada y con una hija de apenas unos meses. Pero es la única. Me acuerdo de algunos de ellos (bueno más bien la cara, no tanto de todos los nombres). Pero también en mis recuerdos estoy mucho tiempo sola. Allí no tenía a mi familia, abuelos, tíos o primos. Pero, vamos, no recuerdo tampoco tener la necesidad de estar con alguien. De hecho, en mi colegio había una mini-sala de cine donde los domingos ponían películas. Mis padres me subían al cine, me dejaban allí y luego me iban a buscar. Y creo recordar que no me importaba ir sola. Va a ser que lo de no querer tener que necesitar a alguien o me lo inculcó mi madre de bebé o nací con algún con un gen especial. A parte de "las relaciones sociales", la ciudad sigue siendo mi ciudad favorita para vivir. Estoy enamorada de ese sitio y me encanta ir. No me importaría en absoluto vivir allí.
A lo que iba, que me estoy yendo por otros derroteros acordándome de esos tiernos años. Mi madre me dijo que esta amiga suya, con la que hablaba por teléfono, había coincido con una amiga a ella cuyo hijo había ido conmigo al colegio, y con el hijo en cuestión. El hijo le preguntó por mí, que en ocasiones se preguntaba qué habría sido de mi vida. Me hizo mucha ilusión. Mi madre me contaba que creía recordar que este niño me acompañaba hasta la mitad de mi camino cuando volvía a casa y luego él se volvía para su casa. Algo me dice, pero no me acuerdo. Pero sí que recuerdo haber sido compañeros de pupitre y de que era un buen chico.
En fin, por unos momentos, recordando una época bastante olvidada, conseguí no darle vueltas al mal día :-)

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