Tanta cena, tanta cena, que al final mi estómago se ha resentido. Así que ayer me quedé en casita con mi Almax y viendo alguna que otra peli.
Una de ellas fue "La Isla", una película de ciencia ficción interpretada por Scarteltt Johansson y Ewan McGregor (http://youtu.be/xb4PR2zYUrk). En ella se plantea la idea de tener clones humanos propios para usarlos en el caso de necesidad. A mí la verdad es que el tema me toca un poco la fibra porque, como científica, se cuestiona "nuestra" ética.
El año en el que empecé la carrera de Biología (1997) fue el año en el que se clonó a la oveja Dolly. Entonces era un tema muy candente porque era algo que estaba empezando, con mucho potencial y que habría que legislar. Ese mismo año el decano de la facultad, durante una clase, nos preguntó qué pensábamos de los clones. Una compañera dijo que le parecía bien porque así si el día de mañana necesitábamos un riñón se lo podríamos quitar al clon. Ya en ese momento no me podía creer lo que estaba oyendo. Pues imaginaros la cara del decano. Por suerte, durante los años de carrera hay distintas asignaturas sobre la bioética que intentan hacerte entender cuáles son los límites. Aunque es evidente que traspasar la línea solamente está en manos del que manipula; es decir, nosotros.
15 años después aún no se ha clonado al hombre, que se sepa. En cualquier caso digo "aún" porque ya alguno ha pensado en clonar al homo neanderthalensis. Y bien es sabido que todo lo que puede ser pensado, puede llegar a existir. http://www.publico.es/ciencias/201256/clonar-al-neandertal-tendria-problemas-tecnicos-y-eticos
Creo que los científicos tienen que estar al servicio de la sociedad realizando avances tanto en lo relacionado con la sostenibilidad (cada vez somos más y hay menos comida ---> aumento del rendimiento de cultivos y ganados) como en sanidad (cada vez vivimos y queremos vivir en mejores condiciones ---> prevención, técnicas quirúrgicas, tratamientos). Pero siempre habrá alguno que, como en cualquier otro campo, lo único que quiera es alimentar su ego y, ¿qué mejor manera que creyéndose Dios?
Desde luego que si un director de cine es capaz de pensar esto, más aún alguien con pleno conocimiento de medios para llevarlo a cabo. Con lo cuál los científicos siempre estaremos cuestionados.
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