Ayer envié, ¡por fin!, mi artículo con los cambios que nos habían propuesto los editores de la revista. Ahora tan solo queda que tomen la decisión final. No debería de haber sorpresas y que todo pase bien, pero nunca se sabe. Al menos hasta que tenga un email de la revista con la palabra "aceptado", yo no me fío de nada.
Por la tarde me dio el bajón físico. Como cuando uno está durante mucho tiempo en tensión, intentando no venirse abajo ... simplemente porque no tiene tiempo; y un día, se relaja.
Me encantaría poder mirar atrás y decir "Habrá merecido la pena." Por un lado sí será así porque a nivel profesional es lo más grande que te puede pasar. Pero a nivel personal ... no lo tengo muy claro. Cada vez que pienso que vine aquí pensando que una vez que terminara el artículo me volvería a España y ... ahora ... no tengo país al que volver. Pero no puedo parar a pensar en ello porque tengo que seguir adelante. Si no puedo volver a España, tendré que asumir los sacrificios que supondrá quedarme aquí y buscar alguna motivación para que sea más llevadero.
Ahora es el momento de parar un poquito, reflexionar bien sobre las distintas posibilidades y ver cuál es la relación beneficio/sacrificio más ventajosa para mí.
Como me dice un amigo "la vida no es más que el conjunto de tomas de decisiones". Y de momento no me ha pintado tan mal ;-)
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