Sí, lo confieso ... ayer caí en la tentación. Pero ... yo no quería ... de verdad. Estaba trabajando en casa, sola, y ... al final ... metí en el microondas esa bolsa de palomitas con sabor a mantequilla que me quedaba :-(
Llevo diciendo que me pongo a plan (para adelgazar se entiende) desde los principios del Universo, vamos que si después de Navidades porque me inflé la semana que estuve en España, luego que si por los nervios del artículo me puede el ansia, me remataron los corticoides que me tuve que tomar en abril y los antihistamínicos de la alergia. En fin, que siempre le busco una excusa a no bajar de peso.
Pero últimamente me lo había tomado más en serio, me controlaba la comida, lo compraba dulces, no comía tanta comida basura, me tomo unas pastillas de la farmacia y además hago ejercicio casi todos los días. Pero ayer ... no lo pude evitar. Soy débil de mente. Además teníais que haberme visto, una cara de culpabilidad completamente creíble mientras que me las comía. Pero eso sí, no paré hasta que me empezó a doler el estómago y terminé tomándome un Almax.
La verdad, no lo entiendo, pero en esta última semana llevo 4 Almax :-( Yo no sé qué va a ser de mí estas vacaciones con lo poco acostumbrada que estoy a la grasa y al picante que solía comer en España. Me veo con el protector de estómago en vena (o mejor dicho, en sonda gástrica).
Quería aprovechar la entrada de hoy para agradeceros que sigáis leyéndolo a ratillos. Según las estadísticas el blog ha sido visitado este mes igual que junio y ya os podéis imaginar lo difícil que es mantener la audiencia. En fin, que espero que os siga apeteciendo echarlo un vistazo y cualquier sugerencia es bienvenida.
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