Esta mañana tenía unas ojeras hasta llegar al suelo. Parece que las horas de paseo visitando los castillos del Loira me ha dejado reventada. Y aunque para haber estado cansada no se me ha dado nada mal el día, sí que es verdad que por al tarde andaba ya flojilla. Así que el pot me ha venido como caído del cielo.
En alguna ocasión ya os lo he mencionado, pero aún así os lo recuerdo. "Pot" es la palabra con la que los franceses llaman a las reuniones que hacemos en el laboratorio para celebrar cumpleaños, despedidas, vuelta de vacaciones, ...
Hoy hemos tenido el primer pot oficial de la temporada, y con mezcla de culturas. Por un lado, uno de nuestros compañeros pakistanís nos ha traído diversos dulces (algunos buenísimos, claro está si te gusta el dulce); y, por otro lado, una de nuestras compañeras francesas ha traído champán y tarta de chocolate para celebrar la obtención del carnét de conducir.
A mí cada vez me cuestan más estas cosas, me sociabilizo mucho menos con la gente y soy muy selectiva a la hora de asistir a estas cosas. Pero al compañero pakistaní lo conozco desde hace tiempo y, además, con uno de ellos (son tres) me llevo muy bien y sé que para él es importante que esté allí y pruebe lo que traen. Así que he hecho un pequeño esfuerzo. Uno de los dulces que ha traído estaba hecho con dátiles, almendras y pistachos ... buenísimo. Solo he ido una vez con ellos a cenar a un restaurante pakistaní y no parecía muy típico comer dulce después de cenar, por eso me ha extrañado que hoy trajera los cuatros dulces distintos.
Este mes, lo que queda de mes, hay tres tesis y, al menos, la despedida de dos compañeros. Así que esto no ha hecho más que empezar.
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