Sobreviviendo

¡Por fin acaba una semana de infierno!

Entre la llegada de la estudiante, el papeleo, y las reuniones de hoy, estaba ya esta mañana con unas ojeras que me llegaban a los tobillos.

Esto de tener un sobretrabajo sin sobresueldo es un mal negocio, pero como todo en esta vida ... hay que invertir para ganar. Y sí, he dicho invertir porque es exactamente eso, corriendo riesgos y sin saber como va a acabar la cosa.

Una de las reuniones de hoy me tenía agobiada desde hace semanas. Era la reunión sobre el proyecto en el que he estado trabajando el mes de vacaciones y por el que no pude ir de boda. Y la responsable del proyecto tiene un carácter un tanto difícil. Tengo que decir que su actitud hoy me ha sorprendido porque ha estado muy amable conmigo y, aunque ha mantenido la presión para acabar el proyecto en un mes, no ha sido desagradable ni dura. Es una mujer de un carácter fuerte, de las que se ve que lleva los pantalones en casa. Una mujer de las que da la sensación que han sacrificado mucho en su vida a nivel personal para llegar hasta donde ha llegado; en su caso a ser una de las inmunólogas más reconocidas a nivel mundial. Pero el problema de este tipo de mujeres, porque en el caso de los hombres no lo he visto con frecuencia, es que terminan exigiendo a sus estudiantes e investigadores el mismo nivel de exigencia que ella misma se autoimpuso en su momento. Sin embargo, no se da cuenta de que esa es una decisión que tiene que tomar cada uno. Y cualquier decisión es válida y no hay que menospreciarla. Si no te interesa la manera de trabajar de tu gente es suficiente con no renovar o, en el peor de los casos, despedir. Pero no todos podemos ser genios.

En cualquier caso no he salido malparada. Aún tengo un mes más para acabar, incluso si yo había propuesto dos semanas. Así que hoy me lo he tomado de rélax, hablando con familia y amigos, viendo una serie y en cuanto cuelgue esta entrada me voy a la camita a leer un rato, que estos días estaba tan cansada que no me daba tiempo ni de apoyar la oreja en la almohada.

A disfrutar del fin de semana.