Ayyyyy!!! Que no llevo ni una semana y ya se me han cruzado hoy los cables, jejeje!!
Y es que todos tenemos malos días, o malos ratos. Lo que no podemos pretender es que vaya a venir San Pentecostés a iluminarnos para que se nos pase; sino que nosotros tenemos que ser lo suficientemente adultos como para relativizar y dar la importancia justa a las cosas. En fin, hay que pasarlo y ya está.
Muchas veces simplemente nos complicamos por cosas que no deberían de importarnos, pero sin darnos cuenta entramos en una espiral a la que no sabemos como hemos llegado y, aún menos, como salir. La solución la conocemos todos : pasar, ignorar. Consejo muy fácil de dar, pero un poco más complicado de aplicar.
A mí me suele funcionar bastante bien volverme autista, no hacer caso a nadie e incluso ponerme los cascos para que ni me molesten. Más que nada porque en esos momentos intento ignorarme incluso a mí misma porque no me soporto.
Así que aunque en principio no me apetecía mucho, porque ando muy agobiada con el trabajo, me ha venido muy bien irme a a cenar con una amiga del pueblo que vive también en París a un restaurante japonés que hay al lado de mi casa. A la pobre le he dado un poco (bastante) la chapa con el tema de trabajo. Pero sí que es verdad que ayuda mucho cuando de alguna manera notas apoyo de la persona que tienes enfrente, ya que en nuestro mundo es complicado por el tema de competitividad que hay.
En fin, que hoy me ha caído del cielo. Y a ver si mañana sale el sol :)
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