Hay gente que se siente cómoda sin tener nada que hacer. Yo, por si no os habéis dado cuenta, no puedo estar desocupada.
Pero después de unas cuántas semanas analizando muestras en casa después de trabajar, se agradece una tarde de relax. Y es que ayer, por fin, acabé uno de los dos marcajes que tengo que analizar en las muestras de los 3000 pacientes. Ya veía yo que me estaba quedando mico.
Entonces, en lugar de empezar ya hoy con el siguiente marcaje, he decidido descansar un poquito esta cabecita. ¡Qué paz! ¡Qué tranquilidad! Si hasta casi me quedo dormida, jeje. Me he tirado en el sofá y, arropadita con la manta (que ya hace un frío del carajo), me he puesto a ver una serie de TV (otra de mis muchas obsesiones, jeje). La serie era "Fringe" que también va del límite de la ciencia, pero mucho más emocionante que lo que yo hago (al menos yo de momento no puedo viajar entre mundos paralelos, jeje). Estoy completamente enganchada con sus delirios. Muchas veces me pregunto cómo alguien ajeno a la ciencia se le pueden ocurrir ese tipo de cosas tan elaboradas. ¡Si es que hay genios por todos los lados!
En fin, que no está nada mal tener unas horitas para no tener nada que hacer y ni que pensar. A parte de que creo que son muy necesarias, sobretodo en este caso que lo que tengo que analizar después es distinto. Pasa lo mismo que cuando vas a comprar una colonia, es bueno oler granos de café entre una y otra para poder reconocerlas mejor. Además sirve para formatearse y poder empezar de 0, descansado y más eficiente.
Ahora solo me queda acabar el día con un cola-cao calentito para poder dormir. No me digáis que no es un plan perfecto.
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